La carta del Tarot número 18, llamada la Luna, presenta un problema de perspectiva y profundidad remarcable.
La primera impresión es que estamos viendo un paisaje muy profundo, en primer término un cangrejo, después dos perros, después dos torres y finalmente la Luna apareciendo entre las nubes. Si nos fijamos en el tamaño de las figuras encontraremos que el cangrejo es muy grande, luego los perros y finalmente las torres son lo más pequeño.
Pero, ¿esto obedece a la realidad o a nuestra perspectiva? Si pensamos en unos castillos o torres creadas por el ser humano, (la realidad que crea cada uno desde su propio inconsciente) no hay duda que son más grandes que unos perros y éstos a su vez, más grandes que un cangrejo. Entonces ¿por qué el dibujo nos lo presenta aquí y justamente en la carta que nos muestra la luz de la Luna?En la noche (la oscuridad, el adormecimiento en el que vive el sujeto), vemos siluetas, sombras y sensaciones que podemos tomar como fantasmas, apariciones o seres y animales que solo existen en nuestra imaginación.
Se trata en este caso de una fantasía o imagen distorsionada de la realidad. Así, diríamos que lo que estamos viendo en la carta de la Luna es nuestra percepción pero distorsionada, dado que no obedece al verdadero tamaño de cada figura en la realidad. Esto nos plantea interesantes reflexiones acerca de que lo que percibimos del mundo se pasa por el tamiz de nuestras sensaciones, recuerdos y experiencias. Las gotas ascendentes de la Luna nos indican que tenemos que evaporar o salir de la ilusión o fantasía subjetiva y tratar de iluminar la realidad que nos rodea (levantar el velo de la ilusión).
Uno de estos elementos, que desarrollamos en nuestro curso de Tarot Convergente, es lo que se llama “fenómeno de proyección psicológica” mediante el cual vemos en los demás a nosotros mismos (Nuestros estados internos). De ahi que este arquetipo hace referencia a lo antiguo, ancestral que opera dentro nuestro haciendo que ejecutemos programas una y otra vez, como un relée en radiodifusión y televisión, que es como una estación repetidora que recoge la señal procedente de otra estación (madre, abuela, bisabuela, etc) y la retransmite automáticamente con una potencia mucho mayor que la recibida y genera la realidad que el consultante vivencia.
De ahí que esta lámina del Tarot nos propone un trabajo interior basado en tratar de salir de los engaños e ilusiones de la mente y usar las relaciones humanas como un camino para conocernos mejor a si mismos. La luna al representar el utero materno, sugiere en estos casos, investigar qué pasó dentro de los úteros del linaje materno mediante diferentes protocolos.
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